Casa rural "Señorío de Montero" |
Como
puede verse en el árbol genealógico adjunto, era uno de los cuatro hijos de Mateo García de la Cuesta y de Quiteria Garrido, siendo sus hermanos
Ana Gabaldona, Juan Garrido Cejalbo y Benito García Garrido.
D. Benito García Garrido y el retablo dorado en 1712. El más conocido e influyente de esta saga familiar habría de ser, andando el tiempo, el menor de los hermanos varones: D. Benito García Garrido, cuya fama habría de perdurar en la leyenda que enmarcaba el retablo de San Esteban en su emplazamiento original en la ermita del mismo santo:
D. Benito García Garrido y el retablo dorado en 1712. El más conocido e influyente de esta saga familiar habría de ser, andando el tiempo, el menor de los hermanos varones: D. Benito García Garrido, cuya fama habría de perdurar en la leyenda que enmarcaba el retablo de San Esteban en su emplazamiento original en la ermita del mismo santo:
"ESTE RETABLO SE DORO AÑO DE 1712 SIENDO
MAIORDOMO D. BENITO GARCIA GARIDO".
Ya
en otra ocasión nos hemos ocupado de las
circunstancias familiares, económicas y sociales de tan destacado personaje de
la historia local de Cenizate. [1]
El privilegio de
las sepulturas junto al altar en 1703. Sin alcanzar el mismo póstumo renombre, el mediano
de los tres hermanos, D. Pedro, disfrutó también de una rica hacienda y de una
influyente posición en la vida social y religiosa de la época. Así, por
ejemplo, actuó como mayordomo fabriquero de la Iglesia parroquial durante el
período 1703-1709.
En
1718 es elegido como mayordomo anual del Montepío al ser considerado “persona en quien concurren las calidades
nezesarias y que administrara bien y fielmente dicho caudal”. [2]
En el inventario de
bienes parroquiales de 1716, consta el siguiente donativo suyo a la fábrica de
la iglesia: "Un cubre caliz y
una Vanda Morada con una Lista encarnada por un lado, que la dio de Limosna D.
Pedro Gdo" . [3]
Acaso
el detalle que más claramente ilustre la relevancia social de nuestro personaje
sea la adquisición familiar de cierto costoso privilegio de carácter religioso.
En efecto, en marzo de 1703, siendo fabriquero parroquial nuestro protagonista,
extendió un recibo de 1.000 reales por la limosna entregada a la fábrica
parroquial "por un titulo de seis
sepolturas (sic) en la primera banda al lado del ebanxelio con la preminencia
de poderse sentar y sepultar en ellas y asimismo poner un banco a fabor de D.
Andres Miguel Garcia de la Cuesta y D. Benitto Garcia Garrido y mio". [4]
El testamento de 1722. A
diferencia de sus hermanos varones, sin embargo, no consta que D. Pedro se
casase y tuviese descendencia, por lo que la ocasión de disponer sus últimas
voluntades ya en su lecho de muerte hubo de ser de grave importancia en la
sociedad del momento.
A este respecto,
conocemos un traslado del testamento original realizado por el escribano
de Mahora Domingo Garrido Montero. Este
extenso legajo se conserva inserto en el “Libro Becerro de Obras pías” parroquial con el título: "Testamento de Dn Pedro
Garcia Garrido y fundazion de un Vinculo y Patronato que fundo con Cierta Carga
de missas Perpetuales". [5]
Según este traslado, en
Cenizate
el 16 de julio de 1722 ante el mismo escribano citado anteriormente y diversos testigos, D. Pedro García Garrido “hallandose agrabado de la enfermedad que
murio y sin fuerzas para poder testar” nombraba como sus albaceas
testamentarios a su hermano D. Benito García Garrido y su sobrino D. Alonso
Galiano Spuche, moradores respectivamente de Cenizate y Villamalea, a quienes
autorizaba para que en su nombre y con arreglo a sus instrucciones ordenasen su
testamento.
En uso del poder conferido y de acuerdo con la
voluntad expresa por el otorgante, los mencionados albaceas ordenaron el
testamento de D. Pedro, del que destacamos las siguientes cláusulas.
Misas,
limosnas y ofrendas funerarias. En primer lugar, disponían que el
cuerpo del difunto fuese “sepultado en la Yglesia Parroql
deste lugar en una de las Sepulturas que tiene junto a el Altar de la Santissima Trinidad
donde se enterraron sus Padres y los otorgantes dispusieron fuese cubierto y
zeñido con el Abito y Cuerda de nro. Padre San Franco”. Sin
duda, el lugar de enterramiento señalado se debe corresponder con las sepulturas
adquiridas por el mismo D. Pedro y sus familiares en 1703. En otra ocasión,
habrá que volver a esta referencia indirecta a un hoy perdido “Altar de la Santísima Trinidad”.
En sucesivas cláusulas del testamento, se
estipulaban, asimismo, los detalles de la ceremonia del entierro de D. Pedro,
estableciendo, entre otras prolijas formalidades religiosas, “que para el entierro asistiesen todos los
sazerdotes que se hallasen en este lugar y la comunidad de Relixiosos descalzos
del Combento de nuestra Señora de Grazia de Mahora y que ambas comunidades
antes de dicho entierro cantasen Responso por el alma de dicho Difunto y que en
la prozesion desde su Casa asta la
Yglesia se hiziesen tres paradas y en cada una de ellas se le
cantase un Responso”.
Se establecía, igualmente, que durante el primer
año del fallecimiento “se llebase y
pusiese sobre su sepultura ofrenda de pan y diariamente quatro vlandones de
zera y seis en los dias festibos que alumbrasen en las misas mayores”.
Se ordenaban por el alma del difunto 3.000 misas
rezadas a celebrar de la siguiente manera:
-1.000 en la Iglesia Parroquial de Cenizate;
-600 en la Iglesia Parroquial de Iniesta y 300 en
el convento de San Francisco de la misma población; [6]
-500 en el convento de Nuestra Señora del Carmen de
Requena y 200 en el convento de San Francisco de la misma localidad.
-300 en el convento de Nuestra Señora de Gracia de
Mahora;
- y 100 en la Iglesia Parroquial de Villagarcía;
Asimismo, se prescribía celebrar dos misas rezadas
por el ánima de D. Pedro “en el Santuario
e Yglesia del Santo Cristo del Balle de Tembleque”.
En el testamento de D. Pedro se detallaba igualmente
la habitual serie de limosnas en especie:
-a la cofradía local del Santísimo Sacramento el
trigo y cebada “nezesario
para sembrar este año las hazas que tiene de Barbecho”;
-dos piezas de
cordellate a “los pobres mas nezesitados
para Vestirlos”, etc.
Ornamentos, cuadros e imágenes donados por D. Pedro García
Garrido. Sin embargo, para nosotros ofrecen
más interés los ofrecimientos de objetos para el culto religioso que los
albaceas reflejaron en el testamento de D. Pedro:
- Imagen de San Pedro: a la Iglesia
parroquial de Cenizate se legaba “la hechura y Ymagen del Señor San Pedro que dicho difunto
tenia depositada en la Hermita
del Señor San Esteban extramuros de este lugar”;
- Imagen de San Francisco Javier: a la misma
Iglesia se donaba también “otra ymagen de Escultura dorada y encarnada
del Señor San Franco Xabier Cuia Magnitud reserbaron a su
arbitrio”, indicando que
ambas imágenes “se coloquen en el
Retablo del altar maior de dicha Yglesia”.
Ignoramos si en
el segundo de estos casos se trataba de una imagen ya existente o del encargo
de una talla cuyas dimensiones se dejaban al arbitrio de los albaceas.
- Casulla, etc: a la ermita de San
Esteban se le entregaba, finalmente, “una Casulla, estola
y manipulo de Damasco encarnado con fleco y forro correspondiente”.
El último de los
Inventarios de bienes litúrgicos de nuestra iglesia parroquial que conservamos
data de 1716. Siendo anterior al testamento que nos ocupa, no resulta útil, por
lo tanto, para arrojar dato alguno respecto de si se cumplieron estos
requerimientos del difunto acerca de la donación de imágenes al retablo del
Altar mayor de la iglesia.
El único inventario
de la ermita de San Esteban, fechado en 1830, sí que es posterior al testamento
y en él no se registró referencia alguna a las imágenes de San Pedro y San
Francisco Javier, tal vez porque éstas ya habían sido trasladadas al retablo de
la iglesia parroquial.
En este
Inventario de la ermita de San Esteban se recoge la existencia de dos cuadros “que dejo dn Pedro Garrido a dicha hermita = Uno de Santa
Catalina Martir = otro de Christo en la
Cruz”.
Asimismo, entre
los ornamentos de la ermita se anota también: “Una
Cassulla de Damasco encarnado con forro de olandilla azul con adorno de Galon
de plata que dejo de limosna dn Pedro Garrido a Sr Sn
Esteban”. [7]
Esta casulla, sin duda, debe tratarse de la misma
cuya entrega a la ermita se había dispuesto en la cláusula anteriormente citada
del testamento que nos ocupa.
A continuación
de señalar estos donativos a iglesia y ermita, el testamento entraba en materia
de interés económico, extendiéndose en complejas disposiciones acerca de la suerte
de los fabulosos bienes materiales de D. Pedro, disposiciones, sin duda, merecedoras
de una detenida consideración en una segunda entrega del presente capítulo.
[1]
Revista Zenizate, nº 3, pp. 13-17.
[2] Libro
CEN-17 del Archivo Histórico Diocesano de Albacete.
[3] Libro
CEN-12 del Archivo Histórico Diocesano de Albacete.
[4] Libro
CEN-29 del Archivo Histórico Diocesano de Albacete.
[5] Libro
AHN-133 del
Archivo Histórico Nacional, Sección Clero.
[6] Las misas a celebrar en Iniesta se justificaban por
ser lugar “donde dicho difunto tenia vezindad y parte de su domizilio”.
[7] Libro
AHN-136 del
Archivo Histórico Nacional, Sección Clero.