viernes, 22 de diciembre de 2017

El premio "gordo" de la lotería navideña en 1924



Viñeta de "Heraldo de Madrid", 22-12-1924.
En el presente artículo, nos proponemos glosar los ecos de prensa del sorteo navideño de lotería de 1924, con cuyo primer premio resultaron agraciados algunos vecinos de Cenizate. La cobertura periodística que se dio a los resultados del sorteo de aquel año resultó amplísima, tanto en la prensa madrileña como en provincias. Así, para nuestra documentación hemos podido consultar una docena de rotativos nacionales, incluidas las ediciones de “El Defensor de Albacete” y “El Diario de Albacete” para estas fechas de diciembre de 1924. [1]

EL AMBIENTE EN TORNO AL SORTEO DE 1924
La razón de esta amplia cobertura informativa sobre el sorteo de lotería navideño obedecía a la demanda de los lectores de la prensa en la época, según explicaba Miguel de Unamuno en un texto de sus “Soliloquios y conversaciones” (1911): “Los crímenes, las consecuencias sangrientas de las corridas de toros y la lista de lotería son los tres auxiliares de las empresas periodísticas, pues todo vendedor o paquetero pide aumento cuando el periódico trae lista, corrida o crimen”. [2]

Viñeta de "La Voz", 22-12-1924.
En el orden narrativo de todas las crónicas de prensa del evento navideño de 1924, no faltaba la referencia preliminar al ambiente de expectación popular previo al sorteo. Así, en “ABC”, se decía: “Con motivo de la celebración del sorteo de la Lotería, desde muy temprano hubo gran animación en las calles céntricas, estableciéndose numeroso público delante de las carteleras de los periódicos y frente al Palace Hotel, donde había colocado, en la parte superior del edificio, un potente altavoz”.

Asimismo, en el diario “La Tierra” se describía el ambiente popular de la siguiente manera: “Desde las últimas horas de la noche de ayer la animación en los alrededores de la Casa de la Moneda era extraordinaria. Numerosas personas, entre las que abundaban los golfillos y los menesterosos, ocuparon sitio en las colas para luego venderlos a altos precios”. 

EN BUSCA DE LOS FAVORECIDOS POR EL NÚMERO 15.770
Las crónicas coincidían en resaltar la circunstancia de que el primer premio de la lotería, dotado con 15 millones de pesetas, había salido muy pronto, en torno a las diez y cuarto de la mañana, recayendo en el número 15.770, que había sido vendido en sendas administraciones madrileñas, la de la calle de Alcalá, número 2, y la de Esparteros, número 8.

Viñeta de ABC, 22-12-1924.
La cercanía física de las administraciones en donde se había expendido el primer premio precipitó a un tropel de reporteros en busca de los favorecidos por el “gordo”. Esta avalancha de plumíferos y curiosos sobre la administración más próxima al centro de Madrid, sita en la calle de Alcalá, ocasionó algún problema de orden público, que no dejaban de reseñar las crónicas.

Así, en el diario “El Cantábrico”, se informaba con dramatismo del acoso periodístico a la administración de la calle de Alcalá: “Una nube de periodistas y fotógrafos seguidos de numeroso público, se dirigió a la Administración mencionada, que regenta doña Asunción Bassó. A causa de la aglomeración de  público ante el establecimiento, y en el forcejeo que algunos hicieron para penetrar, resultaron rotos los cristales del escaparate y las puertas, originándose además otros destrozos”.


En la crónica de “La Tierra” se cargaban todavía más las tintas en el alboroto callejero provocado por periodistas y público curioso: “En cuanto se supo en Madrid que el número premiado con los quince millones había sido vendido en la Administración de la calle de Alcalá, número 8, el público invadió el establecimiento y los alrededores. Fue tan grande la aglomeración que se interrumpió la circulación de automóviles, coches y tranvías, hasta que la fuerza pública intervino, haciendo circular a los curiosos”

Vigésimo de la lotería navideña de 1924.
En tan extremas circunstancias y a fuerza de presiones e insistencia sobre loteros y vecinos, los intrépidos reporteros fueron componiendo la variopinta lista de agraciados por el premio mayor del sorteo navideño de 1924. En la nómina de favorecidos por el “gordo” de la lotería en aquel año desfilaba un extenso catálogo de personajes galdosianos del Madrid del primer cuarto del siglo XX, compuesto de miríadas de funcionarios, criadas, vendedores, menestrales y parroquianos de tabernas.

Así, la prensa se recreaba en casos de premiados como el del funcionario Samuel de la Quintana, fallecido tres días antes del sorteo y cuya viuda, en un arrebato de desesperación, quiso romper el boleto premiado. Los reporteros de la prensa, implacables en sus pesquisas, fueron testigos de la dramática escena familiar, según refiere el diario “El Cantábrico”: “Al enterarse la viuda del señor Quintana que le había correspondido el premio mayor, sufrió un ataque de nervios y quiso romper el vigésimo, diciendo que, habiendo muerto su marido, no quería para nada el dinero. Los parientes pudieron impedir que llevase a cabo sus deseos de inutilizar el vigésimo”.


Otro vigésimo de la lotería navideña de 1924.
La prensa tampoco se olvidaba de mencionar el caso de un agraciado especial, Miguel de Unamuno, a quien un admirador salmantino había hecho llegar una pequeña participación del primer premio. A la sazón, Unamuno se encontraba en aquel entonces al comienzo de su destierro parisino de seis años (1924-1930) y hacía tan sólo tres días que acababa de escribir el último de los sonetos que componían su diario de destierro “De Fuerteventura a París” (1925).  

EL PREMIO GORDO VIAJA A CENIZATE

Una de las historias sobre agraciados del sorteo más repetidas en la prensa de 1924 se refería a la fracción del premio que fue a parar a Cenizate. En todas las crónicas se encontraba, en efecto, un apartado dedicado a este desvío del premio recaído en Madrid, con titulares como los siguientes: “Un vigésimo que se va en parte”,  “El ‹‹gordo›› no ha caído en Madrid, sino en un pueblo de Albacete”, “Un vigésimo en Albacete”, “En la Dirección General de Seguridad estuvo detenido otro vigésimo; pero se lo dejaron escapar a Cenizate”, etc.

Anuncio de "Casa Americana" en "La Lectura dominical", 4-6-1927.
En “ABC” se narraba la peripecia de esta participación cenizateña del primer premio de la lotería en los siguientes términos: “El agente de Vigilancia D. José María García recibió encargo de su hermano, D. Saturnino, residente en Cenizate (Albacete), de que le enviase un vigésimo del sorteo de Navidad. Así lo hizo el Sr. García, enviándole uno del 15.770 que ha resultado premiado con el “gordo”, recibiendo una participación de 10 pesetas, de las cuales D. José María García dio cinco de participación al jefe de la Estafeta de la Dirección de Seguridad Sr. Verdegay, dos pesetas al capitán de Seguridad Sr. Alegría, y otra peseta a una señora conocida suya, que está en mala situación económica”.


Otro anuncio de "Casa Americana" en "Castilla", 27-4-1924.
El diario “El Liberal” repetía esta misma noticia, si bien nombrando a nuestro paisano como José Manuel García y presentándole como “mecanógrafo de la Dirección General de Seguridad” en lugar de “agente de Vigilancia”. El citado rotativo añadía a esta noticia la existencia de unos hermanos cenizateños, residentes en Madrid, que también habían resultado agraciados por la suerte: “Don Andrés García, hermano del mecanógrafo de la Dirección de Seguridad don José Manuel, juega, como éste, diez pesetas. D. Andrés es director de una academia de mecanografía sita en la calle de Carretas, 5, y a la vez representante de máquinas de escribir. Otro hermano de dichos señores, llamado D. Modesto, juega cinco pesetas, y un hermano más, que se llama D. Antonio, la misma cantidad. El vigésimo, por tanto, lo juega la familia de estos señores, cuya distribución  en el pueblo de Cenizate ignoran al detalle”


FIDEDIGNA Y REGOCIJADA HISTORIA
Sin duda, la nota de prensa más completa dedicada a los agraciados cenizateños de 1924 se publicó en el diario “La Libertad”. La crónica en cuestión estaba encabezada con el cervantino titular de “Fidedigna y regocijada historia de un afortunado vigésimo” y en su texto se decía lo siguiente:

 “Don José Manuel García nos dijo que él había adquirido un vigésimo del 15.770 por encargo de unos hermanos suyos residentes en Cenizate (Albacete), quienes le habían dado una participación de 10 pesetas.
-¿Qué hizo de ella?
-Pues bien sencillo; de las 10 pesetas he  dado dos al capitán de Seguridad Sr. Alegría, a cuya oficina estoy agregado como mecanógrafo; una al oficial de Correos de servicio en la estafeta de la Dirección, D. Fernando Verdegay, regalo que le hice para corresponder al servicio que me hizo enviando certificado el vigésimo a Cenizate; también otra peseta a persona de mi afecto. Yo me he reservado seis pesetas, que, como ustedes verán, no merecen la pena de especial atención. ¡Pobrecito!
-Ahora bien – agregó -, si ustedes quieren averiguar más cosas pueden visitar a tres de mis hermanos en su oficina de la calle de Carretas, 5. Por mi cuenta sólo puedo añadir que fui yo quien compró el vigésimo.
Cuando llegamos a la calle de Carretas, 5, los hermanos de José Manuel García habían abandonado la oficina y marchado a su domicilio, sito en la Cava de San Miguel, núm. 8.
Al fin, en el piso tercero centro de la casa citada, conseguimos aclarar el origen y el paradero del vigésimo que perseguimos. El mayor de los hermanos, que se llama Andrés García López, comienza a hablar y dice:
-Hace algún tiempo recibimos encargo de nuestra familia, que reside en Cenizate, de adquirir un vigésimo. Lo compró José Manuel y lo envió al pueblo; pero reclamamos de nuestros familiares una participación. José Manuel recibió una participación de 10 pesetas, yo otras diez y cinco cada uno de mis otros hermanos Modesto y Antonio, que me ayudan en mi negocio. Estamos satisfechos de nuestra suerte – añade Andrés-. Ya veremos lo que ha ocurrido en el pueblo. Yo supongo que allí se desbordará  la alegría. ¡Será la locura!
-¡Cómo!
-Sí; no se asombre; Cenizate es un pueblo de 200 vecinos, donde se enterarán de que la Fortuna les ha favorecido cuando hoy vaya mi hermano, porque allí no hay telégrafo y él llegará antes que el telegrama  que les hemos enviado por la estación más inmediata. Yo pensaba ir esta noche para recoger a mi esposa, que está allí; pero he desistido. Irá mi hermano, como digo. Nadie supondrá ahora lo sucedido y al verle llegar creerán que va sólo a recoger a mi esposa. ¡Cuando se enteren!... ¡Figúrese! ¡En un pueblecito tan modesto, nada menos que un premio gordo de Navidad! Es de suponer que mis hermanos Saturnino y José Manuel y el resto de mi familia hayan pillado un buen “pellizco” en el “gordo”.
Como dato curioso, creemos necesario decir que en los balcones de las oficinas de los señores García López, de la calle de Carretas, se colgó un cartel, en el que se leía en gruesos y rojos caracteres: “El gordo está aquí”.
-¡Que aproveche! – decían melancólicamente los transeúntes-. Y continuaban subiendo la cuesta a pie y sin dinero”.

CONCLUSIÓN
De esta forma, según las noticias publicadas en la prensa del momento, de las 100 pesetas del vigésimo premiado, sendas participaciones de 10 pesetas habían correspondido inicialmente a cada uno de los hermanos JOSÉ MARÍA GARCÍA (también nombrado, a veces, como José Manuel García, empleado de la Dirección General de Seguridad, sita en la Casa de Correos de la Puerta del Sol) y ANDRÉS GARCÍA (propietario de una tienda de máquinas de escribir ubicada en la céntrica calle de Carretas); asimismo, sendas participaciones de cinco pesetas habían recaído en los hermanos MODESTO GARCÍA y ANTONIO GARCÍA (ambos ayudantes de “Casa Americana”, que es como se llamaba el comercio mecanográfico de Andrés). Las 70 pesetas restantes, en principio, serían la parte correspondiente al quinto de los hermanos citados, SATURNINO GARCÍA, residente en Cenizate.

Ignoramos si esta participación habría sido fraccionada, a su vez, entre vecinos y familiares por parte de este último hermano. En el “Diario de Valencia” se afirmaba que el premio había sido repartido entre la mayoría de los vecinos y se citaba el nombre de un hermano más, llamado Emilio García: “El Ayuntamiento adquirió el billete entero en Madrid, repartiéndolo entre los concejales y la mayoría de los vecinos. El joven don Emilio García, que jugaba una participación de 50 pesetas, remitió a su novia, que reside en Valencia, una participación de cinco pesetas, correspondiéndole pesetas 37.500”.

Fotografía reproducida en página 98 de la revista “Zenizate”, número 5. Reunión de amigos en Villamalea en casa del médico D. Claudio Moya Ordóñez en octubre de 1928. En el centro de la imagen, en primer plano, el anfitrión con su esposa e hijos, flanqueados por un grupo de amigos. En la imagen, entre otros, se aprecia a Saturnino García López (en primer plano, a la izquierda, sentado a horcajadas en una silla) y a José María García López (de pie al fondo, tercero por la izquierda y con el puño en alto).
Son escasas las noticias documentales disponibles sobre los hermanos García López agraciados en el sorteo de 1924. En un “Anuario-guía de la provincia de Albacete” de 1926, en la localidad de Cenizate figuran los hermanos: Saturnino García López (estanco), José María García López (barbería y droguería) y Andrés García López (uno de los propietarios provinciales). Asimismo, en el Censo electoral de 1935, se registra a los hermanos: Saturnino García López (42 años, labrador, residente en calle Santa Ana, número 2) y José María García López (37 años, barbero, domicilio en calle Cuesta, número 7). [4]

La citada crónica del “Diario de Valencia” concluía afirmando que no había sido la primera ocasión que había recaído el primer premio navideño en nuestra modesta población albaceteña: “Se da el caso curioso de que al pueblo de Cenizate ha correspondido el premio gordo de Navidad varias veces”. Dejamos para otra ocasión la investigación relativa a estas otras felices ocasiones en que el “gordo” de la lotería navideña vertió sus dones entre nuestros antepasados.

[1] Ediciones de 22 de diciembre de 1924 para El Heraldo de Madrid y La Voz; y  de 23 de diciembre de 1924 para ABC, El Liberal, La Libertad, La Tierra, Diario de Valencia., El Cantábrico, La Atalaya, etc. Ediciones del mes de diciembre de 1924 para El Diario de Albacete y El Defensor de Albacete.
[2] Miguel de Unamuno, “Soliloquios y conversaciones”, 1911. “Publico y prensa”, página 216.
[3] Titulares respectivamente de ABC, Diario de Valencia, La Atalaya y El Liberal     
[4] Con idéntico domicilio de José María García López, se censan también Clemencia García López y Rosalía García López (ambas sus labores, de 45 y 47 años respectivamente)

domingo, 22 de octubre de 2017

El político y periodista Armando del Moral Vizcaíno (1916-2009)


Armando del Moral Vizcaíno

Armando del Moral Vizcaíno (1916-2009)  es, sin duda, uno de los más ilustres cenizateños del siglo XX y su amplia y poco conocida peripecia personal se despliega desde sus orígenes familiares albaceteños hasta la fundación y dirección de la revista “Cine-Gráfica” en Los Ángeles desde 1947 hasta 1983, pasando por un relevante protagonismo político durante la Guerra Civil española como delegado del anarquismo catalán en el II Congreso Mundial de la Juventud celebrado en Nueva York en 1938. Por su variada, permanente y relevante labor periodística fue propuesta su candidatura al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2008, si bien el galardón fue finalmente otorgado al buscador Google de Internet. En las líneas siguientes nos proponemos trazar una breve semblanza biográfica de nuestro protagonista a partir de las diversas e incompletas fuentes de información disponibles.

ORÍGENES FAMILIARES. Armando del Moral Vizcaíno nació en Albacete en 1916. De su padre, Fulgencio del Moral Monteagudo, hemos podido recabar escasos datos documentales. Así, por ejemplo, sabemos que en 1924 el Ayuntamiento de Albacete concedía licencia a Fulgencio del Moral  para construir una casa de nueva planta en un solar de su propiedad sito en la calle de la Industria. [i] Sin embargo, por razones que desconocemos, suponemos que Fulgencio del Moral debió emigrar con su familia a Barcelona posteriormente, ya que desde 1932 y hasta, al menos, 1936 su nombre aparece citado como activista libertario en la prensa anarquista barcelonesa del momento. [ii] Al finalizar la Guerra civil, nos consta documentalmente que en 1941 se emplazaba a Fulgencio del Moral Monteagudo, vecino de Hospitalet de Llobregat, a comparecer en un Juzgado Militar de posguerra por un juicio sumarísimo ordinario al que debía presentarse como acusado. [iii]

Volviendo a los orígenes familiares de nuestro protagonista, cabe decir que su madre fue la cenizateña Domitila Vizcaíno, acerca de quien no hemos encontrado datos documentales. El mismo Armando del Moral, en su obra “Molinos sin Mancha”, evocaba la figuraba de su madre desde su exilio norteamericano en estos términos: “Soy hijo de una familia de diez hermanos, de los cuales vivimos cinco. Mi madre, para la que como para todas las madres del mundo, sus hijos nunca dejamos de ser niños, ha tratado de estar cerca de nosotros. En una de sus últimas cartas, decía: “Lo único que siento es que me llegará mi último aliento sin poder conocer a mis nietecitos  y nuera de América”. Cuando mi madre habla de América, parece que está hablando de otro mundo. Y en verdad, para ella es un mundo tan lejano, como la Luna nos parecía a nosotros. La única diferencia es que en nuestro presente pensamos en que quizá lleguemos a viajar a los astros vecinos, mientras que ella, para quien el viaje por tren desde España a Francia fue una aventura extraordinaria, sabe que nunca podrá venir a “la América” donde viven cuatro vidas que ella quisiera proteger”.[iv]

INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD. Armando del Moral pasó sus primeros años de vida en Albacete, donde aprendió sus primeras letras, según habría de evocar en sus apuntes autobiográficos publicados ya en su exilio americano con el expresivo título de “Molinos sin Mancha”: “Como en el pasado podemos encontrar la raíz de males presentes, pasé la vista a un libro de texto que hace más años de los que quiero recordar, leía en voz alta en la escuela de Santa Quiteria, en un lugar de la Mancha que se llama Albacete”.  [v]

En su mencionada obra, Del Moral recordaba también lo que supuso para su formación personal el traslado de residencia familiar a Barcelona en su primera juventud: “Nacido en Albacete, una ciudad de la legendaria Mancha, que por tener cuatro casas de más de cinco pisos el escritor Azorín llamó “La Nueva York de la Mancha”, me tocó educarme en la polifacética y super agitada Barcelona. Crecí cuando la lucha entre los obreros, que aspiraban a crear sindicatos, y los patrones, que se obstinaban en que no se fundasen, se dirimía a tiros y bombas por las calles, amplias y bien trazadas, de la fabril y enfebrecida capital del industrialismo español.
Les digo todo esto porque, además de ese movimiento social, aprendimos, aquellos no nacidos en Cataluña, el catalán y nos criábamos en el ambiente bilingüe que, además, estaba, como dicen ahora “polarizado” entre proletarios y patrones. Para mi desgracia, siempre vi las cosas desde el punto de vista más amplio de que todos éramos humanos, por lo que me tocó recibir golpes de los dos extremos)”. [vi]

Años después, nuestro protagonista habría de rememorar que en la nueva ciudad tildaban a su familia de "murcianos", circunstancia de la que su padre extrajo prácticas recomendaciones para adaptarse con éxito al ambiente barcelonés de la época: “Mi padre nos decía que era natural el recelo de los catalanes, porque Murcia, Andalucía, Extremadura y otros lugares menos desarrollados, habían venido a Barcelona cuando las huelgas de 1909 y 1917 y los inocentes trabajadores resultaron ser los rompe huelgas. Ese resentimiento solamente se puede vencer con la dedicación y el trabajo. En la escuela tenéis que ser los primeros y en el trabajo, cuando llegue la hora, los más responsables y útiles... En esta casa se hablará siempre español, pero procurar aprender pronto y bien el catalán... llegará el día en que lo que se considera hoy insulto, "murciano", se convertirá en timbre de orgullo. La mayoría de catalanes hablan español con un acento peculiar, vosotros aprended el catalán de forma que no tengáis acento castellano. La lucha por la vida es difícil de por sí, no debemos hacerla, además, cruenta y maldita". [vii]

EN LA GUERRA CIVIL. En su juventud, Del Moral fue miembro de la Agrupación Pro Cultura Faros (Ateneo Libertario) de Barcelona y, asimismo, militó en las Juventudes Libertarias de Cataluña. Colaboró en varias cabeceras de la prensa anarquista como, por ejemplo, “Solidaridad Obrera” y “Ruta”, órganos, respectivamente, de la C.N.T. y de las Juventudes Libertarias de Cataluña.

Tras el estallido de la Guerra civil, en abril de 1938, se constituyó la A.J.A.C. (Alianza Juvenil Antifascista de Cataluña), integrada por diversas organizaciones juveniles antifascistas, y se nombró el Consejo nacional del nuevo organismo, correspondiendo a Armando del Moral la Presidencia como representante de las Juventudes Libertarias de Cataluña. Del Moral alcanzaba, así, una relevante posición política a la temprana edad de 22 años. [viii]
Participó en diversos mítines políticos durante la contienda civil. Así, por ejemplo, en la Biblioteca de Catalunya, se conserva un cartel anunciando un acto del 1º de mayo de 1938, en el que haría uso de la palabra, entre otros, Armando del Moral, como representante de la Alianza Juvenil Antifascista de Cataluña. [ix] Asimismo, en  julio de 1938 el diario “Solidaridad Obrera” informaba sobre un mitin-conferencia en el que, entre otros, intervino Armando del Moral, cuyo discurso versó sobre el tema: “Acercamiento e influencia de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias a las masas juveniles”. [x]

LA GIRA AMERICANA DE 1938. Del Moral formó parte de la delegación encargada de representar a los jóvenes antifascistas españoles en el II Congreso Mundial de la Juventud para la Paz, celebrado en agosto de 1938 en Poughkeepsie, estado de Nueva York. Nuestro protagonista se incorporó a esta delegación como representante de las Juventudes Libertarias, junto con otros conocidos jóvenes libertarios como Serafín Aliaga y Félix Martí Ibáñez. En total, formaron parte de la delegación española, aproximadamente, una docena de jóvenes representantes de distintas filiaciones políticas partidarias del bando republicano: Juventudes Socialistas Unificadas, Juventudes Libertarias, Juventudes de Izquierda Republicana, etc. [xi]

Una de las componentes de la delegación española fue una jovencísima Teresa Pàmies, representante de las Juventudes Socialistas Unificadas, quien dedicaría un capítulo de sus memorias de la Guerra civil a recordar las circunstancias de este Congreso internacional: “La delegación de la España republicana fue muy representativa, con la exclusión de los jóvenes comunistas ibéricos (POUM), aunque el proceso a su partido no se inició hasta octubre. Sin embargo, la juventud anarquista estuvo allí, delegada en tres importantes dirigentes: Serafín Aliaga, Félix Martí Ibáñez y un muchacho llamado Del Moral, exactamente, Armando del Moral”. [xii]

La delegación española tenía encomendada una labor diplomática para emitir un llamamiento de socorro internacional en auxilio del bando republicano. A la conclusión del Congreso, algunos de los componentes de la delegación iniciaron, asimismo, una gira por los EEUU con el fin de abogar por la causa republicana entre movimientos sociales, organizaciones sindicales y dirigentes del Partido Demócrata norteamericano. Tal fue el caso de los delegados libertarios Félix Martí Ibáñez y Armando del Moral, quienes tras el Congreso Mundial de la Juventud, habrían de protagonizar durante semanas multitud de actos propagandísticos por toda la geografía norteamericana en una extensa gira antifascista patrocinada por la S.I.A. (Solidaridad Internacional Antifascista). Asimismo, Ibáñez y del Moral se encargaron de representar a la C.N.T. en el Congreso Obrero Latinoamericano y en el Congreso Internacional contra la Guerra, celebrados ambos en Méjico bajo los auspicios de su Presidente Lázaro Cárdenas.

Tras el regreso de los dos jóvenes libertarios a Barcelona en diciembre de 1939, la prensa republicana daba noticia del éxito de su misión internacional: “Recientemente llegaron a Barcelona, procedentes de los Estados Unidos, los camaradas Armando del Moral y Félix Martí Ibáñez. Salieron de España hace tres meses para tomar parte en el Congreso de la Juventud que se celebró en Norteamérica, y prolongaron su estancia en el país a fin de trabajar en provecho de la causa española. En diversas ocasiones, la prensa ha recogido noticias de la gran “tournée” de propaganda que por cuenta de S.I.A. han verificado en el país. Decenas de mítines y conferencias, exposiciones documentales de la guerra española, una actividad incansable, que ha levantado oleadas de simpatía y entusiasmo por nuestra causa. Los camaradas Martí Ibáñez y Del Moral vienen magníficamente impresionados. Aseguran que es tal vez en Norteamérica donde mejor se comprende el significado de nuestra lucha”. [xiii]

En una entrevista periodística, Félix Martí Ibáñez (1911-1972) valoraba así la aportación de Armando del Moral en su gira americana: “En unión de mi joven compañero, Armando del Moral, cuya labor ha sido meritísima, y compenetrada con la mía, destacando su obra en el aspecto juvenil, he recorrido toda Norteamérica, en varias direcciones, celebrando más de cincuenta actos para público español, hispanoamericano y americano”. [xiv]


[i] Actas de las Sesiones celebradas por la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Albacete, Años 1924-1925, pp. 108-109.
[ii]Así, por ejemplo, en los diarios “La Tierra”, 18 de febrero de 1932, y “Solidaridad Obrera”, 11 de octubre de 1936.
[iii] “La Vanguardia Española”, 3 de diciembre de 1941.
[iv] Armando del Moral, “Molinos sin Mancha”, 1973, páginas 108.
[v] Armando del Moral, “Molinos sin Mancha”, 1973, páginas 234. Asimismo, rememora la figura de su maestro Don César en las pp. 112-116.
[vi] Armando del Moral, “Molinos sin Mancha”, 1973, páginas 117.
[viii]La Hora” (Valencia), 9 de abril de 1938.
[x] “Solidaridad Obrera” (Barcelona), 22, 23, 24 y 26 de julio de 1938.
[xi] Una nota de “Solidaridad Obrera” con la composición de esta delegación se reproduce en el Diario de Córdoba, 24 de agosto de 1938.
[xii] Teresa Pàmies, “Cuando éramos capitanes”, 1974, Segunda Parte, capítulo “Uno”.
[xiii] Diario “La Libertad” (Madrid), 21 de enero de 1939.              
[xiv] Diario “Solidaridad Obrera” (Barcelona), 5 de enero de 1939.