Cartel de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. |
En
el presente artículo pretendemos considerar la presencia del retablo de San
Esteban, actualmente en la iglesia parroquial de Cenizate, en la Exposición
Iberoamericana de Sevilla de 1929 y, asimismo, en relación con el traslado de
nuestro retablo al evento sevillano, nos proponemos publicar y analizar cuatro
fotografías históricas de esta pieza artística: en dos de ellas, ya conocidas,
se aprecia el retablo en su ubicación original en la ermita de San Esteban; y
en otras dos instantáneas, inéditas hasta aquí, podremos contemplar el retablo
en su instalación museística dentro de la magna Exposición Iberoamericana.
0.- RESUMEN DE LA
HISTORIA DE LA ERMITA Y RETABLO DE SAN ESTEBAN.
En
alguna ocasión anterior, ya hemos reseñado los avatares históricos del templo
en que se ubicó originalmente el retablo de San Esteban, de manera que, en el
presente artículo, nos limitaremos a resumir estas circunstancias para situar
nuestro retablo en su contexto al inicio del siglo XX. [1]
Cartel de las Exposiciones de 1929. |
Portada del
Catálogo del Reino de Murcia.
|
Pocos
años después de esta última intervención artística, el templo dedicado a San
Esteban entró en decadencia y cayó en estado de abandono. Así, en 1834, en
plena Primera Guerra Carlista, el cura párroco del lugar anotaba que se había
trasladado la campanilla de San Esteban a la torre de la iglesia
parroquial “y se vajó a la
Parroquia un alba y corporales que quedaban; pues todo lo
demas se habia trasladado cuando la guerra de la independencia”. [5] Ya en 1842 se interrumpe la
contabilidad de la devoción al santo y en 1849 se bendijo como camposanto un
terreno contiguo a la ermita. Finalmente, en 1861 se produjo el hundimiento por
causas naturales de un tramo de la ermita y en 1915 se tramitó la ampliación
del camposanto a costa del solar correspondiente a este derrumbe. [6]
Pabellón Mudéjar de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. |
Tales
fueron, en resumen, las circunstancias históricas que llevaron a la ermita
ricamente ornamentada de principios del siglo XVIII a convertirse en una
ruinosa capilla de camposanto, quedando tan sólo como muestra de su pasado
esplendor la presencia del desmantelado retablo de San Esteban. Sin duda, esta
situación de abandono de la ermita explicaría la falta de oposición local al
traslado temporal de su retablo a la Exposición Iberoamericana de Sevilla en
1929.
Como
es sabido, a la vuelta de esta exposición, el retablo no se instaló en su
ubicación original sino que permaneció desarmado durante años hasta que fue
montado después de la Guerra Civil en el lado del evangelio de la nave del
crucero en la Iglesia parroquial. Con posterioridad, en 1999, fue restaurado e
instalado en su emplazamiento actual en el lado de la epístola del crucero del
templo parroquial. De esta manera, la
actual sería la cuarta ubicación conocida por nuestro retablo a lo largo de su
atribulada historia.
Fotografía Nº 1: Retablo de San Esteban en su ermita. "Centauro", 1925. |
La
serie fotográfica publicada en esta edición de “Centauro” mostraba, en efecto,
los principales aspectos del patrimonio artístico local: el desparecido retablo
del Altar mayor de la Iglesia parroquial, la ermita de Santa Ana y sendas
fotografías dedicadas también a la ermita de San Esteban. Así, se dedicó una de
las instantáneas al retablo del santo, acompañada del texto siguiente: “Magnífico retablo en la abandonada ermita
de San Esteban”. En esta fotografía puede apreciarse una vista completa del
retablo con sus hornacinas completamente vacías de imágenes religiosas. Junto a
esta instantánea se reproducía, asimismo, una vista exterior de la ermita del
santo con la indicación siguiente: “A la
entrada del cementerio la pétrea cruz tiende sus brazos en un gesto de paz”.
Fotografía Nº 2: Retablo de San Esteban en su ermita, Expediente de traslado a Sevilla, 1929. |
Conocemos
el expediente de traslado del retablo de San Esteban a Sevilla de forma
indirecta, gracias al estudio de Luis G. García-Saúco sobre el patrimonio
albacetense en la Exposición Iberoamericana. Según el extracto de esta
documentación hecho por el citado autor, en marzo de 1929 el citado párroco
local reiteraba al obispo de Cartagena la conformidad para ceder nuestro
retablo al no hallarse “oposición por
parte de las autoridades ni del pueblo”. La documentación analizada por
Luis G. García-Saúco, a la que no hemos podido tener acceso, se componía del ya
citado consentimiento formal para la cesión del retablo y, además, del acta de entrega
para la exposición, con la correspondiente descripción, tasación y fotografía
de la pieza. En otro apartado de este artículo nos referimos a la descripción
del retablo en el acta de entrega, si bien por el momento nos interesa destacar
que la fotografía incluida en el expediente, anterior al traslado al certamen
sevillano y fechable en los primeros meses de 1929, constituye la segunda y última de las dos instantáneas conocidas
del retablo en su emplazamiento original en la ermita de San Esteban.
Esta
fotografía de 1929, único elemento del expediente al que hemos podido tener
acceso de forma directa, se conserva en el Archivo fotográfico del Instituto de
Estudios Albacetenses y ha sido anteriormente publicada por los dos autores
siguientes: García-Saúco en su artículo sobre el patrimonio albaceteño en la
Exposición sevillana y Sánchez Ferrer en su estudio artístico sobre el
patrimonio de las iglesias de Cenizate. [7]
En ninguno de estas dos reproducciones previas, sin embargo, la imagen ha sido
ofrecida en su integridad, tal y como aquí la presentamos, ya que en ambas
anteriores ocasiones se suprimió la parte inferior de la fotografía, donde
aparecen una serie de firmas de autoridades locales correspondientes a: Martín
¿Collado?, el alcalde Eduardo Soriano, el párroco D. Juan Paco Baeza y ¿Antonio
o Alfonso? Villena. [8]
Por otro lado, en el ángulo superior izquierdo de la fotografía, puede
apreciarse, parcialmente, el sello de la
iglesia parroquial de la Virgen de las Nieves. [9]
Para
esta fotografía “oficial” de 1929, a diferencia de la instantánea publicada
anteriormente en la revista “Centauro”, observamos que se colocó la imagen del
santo titular en la hornacina central del retablo, si bien esta figura no sería
objeto de cesión para el certamen sevillano. La imagen del santo sería
destruida en 1936 y tan sólo conservamos de ella esta reproducción fotográfica.
[10]
Fotografía Nº 3: Retablo de San Esteban en Sevilla, Catálogo del Reino de Murcia, 1929. |
Fundamentalmente,
el Reino de Murcia concurrió a la Exposición sevillana con dos grandes
aportaciones: por un lado, el “Pabellón regional” y, por otro, una colección de
obras de arte exhibida dentro de la “Exposición de Arte Antiguo”.
El
edificio principal del PABELLÓN REGIONAL
fue diseñado como una casa señorial murciana del siglo XVII, si bien contaba
con un edificio secundario anexo que representaba una típica construcción
manchega. Ambas edificaciones mostraban la distribución y el mobiliario típicos
de las viviendas tradicionales en ambas provincias. Algunas de las dependencias
del Pabellón regional exhibían, además, selectos productos regionales, vistas
de lugares emblemáticos, retratos de personajes ilustres, etc.
La
otra gran contribución del Reino de Murcia al evento sevillano fue su
representación de obras artísticas exhibida en el marco de la llamada EXPOSICIÓN DE ARTE ANTIGUO. Esta
muestra nacional de Arte Antiguo se repartió entre dos sedes, ubicadas frente a
frente en la sevillana Plaza de América: una sede fue el “Pabellón de Bellas
Artes”, también llamado “Pabellón Renacimiento” (hoy “Museo Arqueológico”) y la
otra sede fue el “Pabellón de Arte Antiguo e Industrias Artísticas”, también
llamado “Pabellón Mudéjar” (actual “Museo de Artes y Costumbres Populares”). Un
dato significativo acerca del complejo y ambicioso carácter de esta muestra artística
es que, en total, en ambas sedes se exhibieron 3.694 obras procedentes de toda
la geografía española, entre pinturas, esculturas, orfebrería, ropas
litúrgicas, artes decorativas, etc.
Dentro
de esta magna “Exposición de Arte Antiguo”, las obras de arte del Reino de
Murcia ocuparon la sala número siete del PABELLÓN
MUDÉJAR. La extraordinaria selección murciana se componía de obras de
escultores como Nicolás de Bussy, Alonso Cano, Francisco Salzillo, Roque López,
etc., y pintores como el Greco, Juan de Juanes, Pedro Orrente, José de Ribera,
Vicente López, Federico Madrazo, etc. Además, completaban la colección murciana
un muestrario de ricas vestiduras litúrgicas, valiosas piezas de orfebrería,
etc. En conjunto, la aportación artística murciana ofrecía, en palabras de su
Comisario general, Isidoro de la Cierva, “una
Sala completa abarrotada de notables obras en el Palacio de Arte Antiguo”. [11]
En
el Catálogo explicativo de las piezas exhibidas en la Sala de la Región de
Murcia, se registraba la presencia de nuestro retablo en los siguientes
términos: “Altar y retablo de estilo
barroco degenerado, en piedra y madera con relieves, dedicado a San Esteban.
Siglo XVIII. – 1712. Procede de la capilla del cementerio de Cenizate”.
Suponemos que, en esta descripción, el término “barroco degenerado” no es
expresión peyorativa sino que equivale a “barroco tardío”. Discrepamos,
asimismo, con que la pieza se presente como “altar
y retablo... en piedra y madera”, ya que la mesa del altar en la
instalación sevillana no es la original de yeso, sino una reconstrucción del
altar realizada específicamente para el montaje museístico del retablo, donde
se observa un patrón decorativo muy diferente del plasmado por el pintor de
1801-1803 en la ermita de San Esteban. Podemos apreciar este y otros detalles
en la fotografía que se incluía en el mencionado Catálogo, acompañada del
siguiente texto explicativo: “Sala del
Reino de Murcia en el palacio de Arte Antiguo. Altar y retablo de Cenizate. A
la izquierda el San Juan de Salzillo. A la derecha Cristo del Prendimiento de
Marcos Laborda”. Se trata de la primera fotografía conocida del retablo de
San Esteban en su presencia en la Exposición sevillana de 1929. [12]
Fotografía Nº 4: Retablo de San Esteban en Sevilla, Fototeca de la Universidad de Sevilla. |
Combinando
la distinta perspectiva de ambas fotografías de la instalación sevillana, hemos
podido contabilizar y numerar un total de dieciséis obras de arte en el entorno
de nuestro retablo. A continuación, ofrecemos un inventario con la numeración
asignada en sendas fotografías y la identificación que proponemos para cada
pieza a partir del Catálogo de obras del Reino de Murcia:
Fotografía Nº 3: Obras de arte en el entorno del retablo de San Esteban. |
Nº 2. “Cristo
del Prendimiento” por Marcos Laborda (1752-1822). Caravaca de la Cruz.
Nº 3. “Retablo
de San Cristóbal”. Siglos XVII-XVIII. Espinardo.
Nº 4. “Noli me
tangere” por el Maestro de Chinchilla. Siglo XVI. Chinchilla de Montearagón.
Nº 5 y Nº 6. Crucifijos
sin identificar.
Nº 7. “San
Isidoro” (1755) por Francisco Salzillo. Cartagena.
Nº 8. “Virgen
Dolorosa”. Siglo XVIII. Almansa.
Nº 9. “San
Pedro de Alcántara” (1811) por Roque López (1747-1811). Murcia.
Nº 10. ¿”San
Joaquín con la Virgen Niña” por Francisco Salzillo (1707-1783)?
Nº 11. “Virgen
de la Asunción”. Almansa. Siglo XVI-XVII.
Nº 12. ¿”Figura
de pastor” por Francisco Salzillo (1707-1783)?
Nº 13. ¿”San
Pedro de Alcántara”. Siglo XVIII. Cieza?
Nº 14. “San
Francisco de Asís”. Siglo XVIII. Jorquera.
Nº 15. “Busto de
la Dolorosa” por Nicolás Salzillo (1672-1727).
Nº 16. “Virgen
del Rosario”. Siglo XVIII. Jorquera.
Fotografía Nº 4: Obras de arte en el entorno del retablo de San Esteban. |
En
el Catálogo murciano de las piezas exhibidas en el Pabellón Mudéjar se
publicaba también una vista de otra parte de la Sala número siete, en donde
puede apreciarse cómo era la abigarrada instalación de obras de arte al otro
lado de la estancia. Esta parte de la Sala estaba dominada por la presencia
central del “San Jerónimo” (1755) de Salzillo.
Pocos
años después, algunas de las obras reunidas en la Sala murciana serían víctimas
del expolio de la Guerra Civil y, lamentablemente, no se hallan conservadas en la actualidad; tal es el caso
de las piezas anteriormente descritas procedentes de Espinardo, Almansa, Jorquera,
etc.
Otro aspecto de la Sala Nº 7 del Pabellón Mudéjar, Catálogo del Reino de Murcia, 1929. |
Retablo de San Esteban en la Iglesia parroquial antes de su restauración en 1999. |
A
la finalización del certamen sevillano en junio de 1930, la instalación
artística murciana debió ser desmontada y cada pieza hubo de ser reintegrada a
su origen. El Comisario regional,
Isidoro de la Cierva, se ufanaba en la prensa “de que todo llegase a Sevilla sin deterioro y que los sufridos al
regreso sean insignificantes y con facilidad reparables”. [16]
Tras
su reintegro a nuestra población el retablo permaneció desmontado durante
largos años, en lugar de ser armado de nuevo en su ubicación original. Hubo,
probablemente, dos razones que propiciaron el almacenamiento del retablo, en
vez de procederse a la reinstalación en su anterior emplazamiento. La primera y
más obvia de estas razones sería la inconveniencia de la ermita como
repositorio, dado su estado de abandono, y el posible propósito de hallar una
localización adecuada dentro de la Iglesia parroquial.
La otra
razón para que la devolución del retablo pasara desapercibida se debe,
probablemente, a motivaciones de política local. En enero de 1930 dimitía el
general Miguel Primo de Rivera como presidente del Consejo de Ministros, de
manera que tras siete años de Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) se daba
paso a la breve Dictablanda del general Berenguer (1930-1931). El cambio
político supuso, también, una renovación en las autoridades locales de la
provincia en torno al mes de abril de 1930. Esta sustitución de los cargos
locales afines a la “Unión Patriótica” de Primo de Rivera no estuvo exenta de
enfrentamientos en localidades como Cenizate. En julio de 1930 el periódico “El
Diario de Albacete”, partidario del extinto régimen de Primo de Rivera,
denunciaba en relación con Cenizate “la
deplorable situación en que dicho pueblo se halla colocado por la desastrosa
administración y vesánica conducta de los que hoy regentan la administración
municipal y sus inspiradores”. Unos días después, el diario filoliberal
“Defensor de Albacete” volvía el argumento del revés, afirmando que “si hay algo en Cenizate que merezca el
calificativo de desastroso es la actuación de su último Ayuntamiento”. Este
mismo diario exponía, además, que difícilmente podía el nuevo consistorio ser
responsable de una mala administración cuando se daba la circunstancia de que “no más hace que veinte días, pudo
conseguirse que el anterior Alcalde y Depositario de dicho pueblo, cuya
actuación en su cargo cesó hace tres meses, entregaron las llaves del edificio
y caja municipales y rindieron la cuenta de tesorería”. En este contexto de
conflicto político, no resulta extraño concebir que la reintegración del
retablo de San Esteban a su lugar de origen, una vez concluida la Exposición
sevillana en junio de 1930, habría de pasar desapercibida para las enfrentadas autoridades
locales del momento. [17]
Ermita de San Esteban, "Centauro", 1925. |
6.- LOS PRINCIPALES DAÑOS
DEL RETABLO. Años después, a la conclusión
de la Guerra Civil, el retablo sería
finalmente ensamblado en la Iglesia parroquial; en esta operación habrían de
incorporarse al conjunto las tablas del zócalo o sotabanco, que no se habían
incluido en el montaje sevillano. Posteriormente, en 1999, el retablo sería
restaurado e instalado en su actual ubicación en el mismo templo parroquial; en
esta ocasión, se incorporaría una reproducción de la leyenda inscrita en el
muro de la ermita con el texto "ESTE
RETABLO SE DORÓ AÑO DE 1712 ….”. El resto de las pinturas murales que
enmarcaban el retablo en su ubicación original en la ermita, evidentemente, no
se reprodujeron, privando así al restaurado retablo de un aspecto de su
contexto artístico original.
La creencia popular local
ha sido que el retablo perdió una columna en su viaje de vuelta desde Sevilla;
sin embargo, los estudiosos del retablo han contradicho esta opinión,
argumentando que esta ausencia de una columna ya era evidente en las
fotografías previas anteriores al traslado de la obra a la Exposición de 1929. [18]
Detalle previo a restauración donde se aprecian la rotura de la corona del martirio que porta el ángel y la falta de una santa a izquierda de la escena de la lapidación (Daños Nº 1 y 3). |
DAÑO Nº 1. LA CORONA DEL MARTIRIO. En la
descripción del retablo contenida en el Acta de su entrega para la Exposición
de Sevilla, se indica el siguiente desperfecto: “El ángel que trae la corona en el martirio de San Esteban fáltale el
medio brazo izquierdo y mitad de la corona”. En la restauración de 1999 se
reintegraron volumétricamente ambos detalles desaparecidos en el relieve del
martirio del santo.
DAÑO Nº 2. LA COLUMNA DEL EXTREMO
DERECHO DEL RETABLO. En el mismo informe del Acta de entrega se pasó
por alto señalar otro desperfecto apreciable con una simple observación de
las fotografías de 1925 y 1929, previas
al traslado del retablo a Sevilla. Se trata de la columna o estípite del
extremo derecho (epístola) del cuerpo central del retablo, que debería hacer
pareja con el estípite del exterior izquierdo que representa a una santa con
los pechos cortados.
DAÑO Nº 3. LA IMAGEN DE UNA SANTA
A LA IZQUIERDA DEL SAGRARIO. En la comparación entre la
segunda fotografía sevillana del retablo y su estado de conservación inmediatamente
anterior a la restauración de 1999, puede apreciarse una nueva pérdida de un
detalle de la obra. Se trata, en este caso, de la desaparición de la imagen de
una santa que estaría situada a la izquierda (evangelio) del bajorrelieve del
martirio de San Esteban en el sagrario. Esta imagen hacía pareja con la imagen similar conservada de una santa sin
identificar, situada en el flanco derecho de la escena de lapidación del santo.
La imagen que falta debió, con seguridad, desaparecer con posterioridad a la
Exposición sevillana.
Santa Cecilia ocupando la posición de Santa Bárbara (Daño Nº 4). |
De
esta serie de cuatro daños, carencias o alteraciones del retablo, tan sólo la
tercera de ellas podría atribuirse a las operaciones derivadas del traslado a
la Exposición Iberoamericana, ya que está documentado fotográficamente que los
restantes daños o bien fueron anteriores o bien posteriores al evento
sevillano. En cualquier caso, pese a estas pérdidas o modificaciones del
retablo y su contexto original, debemos congratularnos de haber conservado esta
magnífica pieza artística, con cuyo conocimiento, cuidado y protección debemos sentirnos comprometidos.
[1] La bibliografía básica consultada sobre el
retablo de San Esteban incluye las siguientes referencias: LUIS GUILLERMO
GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ: "Patrimonio artístico albacetense en la Exposición
Iberoamericana de Sevilla de 1929" en pp. 5-66 de la Revista
"Al-Basit", nº 25, 1989; CONCEPCIÓN DE LA PEÑA VELASCO: El Retablo
barroco en la antigua diócesis de Murcia (1670-1785). Murcia. 1992; JUAN MANUEL
PÉREZ GONZÁLEZ: “Retablo de San Esteban.
Memoria de la restauración”. 1999; JESÚS VALERA HONRUBIA: "El retablo de
San Esteban", en pp. 41-58 de la Revista "Zenizate", nº 3. 2003:
ISIDRO MARTÍNEZ GARCÍA: “Estudio histórico de la ermita de San Esteban”, en pp.
9-40 de la Revista
Zenizate nº 3, 2003; JOSÉ SÁNCHEZ FERRER: pp. 93-114 de Estudio
artístico de las iglesias de Cenizate. Instituto de Estudios
Albacetenses. 2006.
[2] En 1677 se instituye la Pía memoria de Ana
Morales e hijos y, entre los bienes sobre los que se carga la fundación de una
capellanía, se encuentra un bancal "de ocho alms linde tierras de sn
esteban" (Libro AHN-133, Pía memoria número 39).
[3] Cuentas de 1801 y 1803 del libro AHN-136.
[4] ISIDRO MARTÍNEZ GARCÍA: “La Cofradía de
Santa Ana a finales del siglo XVIII y principios del XIX (1773-1806)”, en pp.
5-62 de la Revista Zenizate, nº 7, 2007.
[5] Anotación suelta en las primeras páginas del libro CEN-26 del Archivo
Histórico Diocesano de Albacete.
[6] Datos procedentes de los libros AHN-136,
CEN-7, CEN-29 y CEN-33, según ISIDRO MARTÍNEZ GARCÍA: “Estudio histórico de la
ermita de San Esteban”, en pp. 9-40 de la Revista Zenizate
nº 3
[7] El original de esta imagen se conserva en
el Archivo fotográfico del Instituto de Estudios Albacetenses, catalogado con
el número de registro 02068.
[8] La cesión de los bienes artísticos
eclesiásticos para la Exposición sevillana se realizó observando una serie de
garantías y prevenciones impuestas por el Obispado murciano. La primera
condición comunicada en circulares a los párrocos de lugares afectados por la
solicitud de piezas artísticas consistía en que no debía concederse el permiso
en caso de encontrar “abierta oposición por parte del vecindario o de las
Autoridades locales”. Otras condiciones se referían a la obligación de
suscribir actas de entrega donde se plasmase claramente la descripción del
objeto cedido, las condiciones de cesión temporal, la tasación del valor del
objeto con su correspondiente seguro para cubrir eventuales riesgos, etc. En la
nota episcopal, asimismo, se hacía hincapié en que el acta de préstamo se
acompañase de “una fotografía bien detallada de los objetos que se entreguen y
lo mismo las actas que las fotografías habrán de estar firmadas por el representante legal de la
Exposición que reciba los objetos, por las Autoridades locales y por V. (el
párroco)”.
[9] Se trata, por cierto, de un sello de cierto
interés histórico, ya que aparece en diversa documentación parroquial
conservada en el Archivo Diocesano de Albacete correspondiente aproximadamente
al período 1856-1932. En este ovalado sello puede apreciarse la imagen de la
Virgen con el Niño en brazos, rodeados ambos por la leyenda siguiente:
"PAQª DE Nª Sª DE LAS NIEVES DE LA VILLA DE CENIZATE. OBISPº DE
CARTAGª".Podría tratarse del sello de bronce cuyo coste de 88 reales quedó
reflejado en las cuentas de fábrica
parroquiales de 1853-54 (Libro CEN-29 del Archivo Diocesano de Albacete).
[10] En la Causa General de Cenizate instruida
en 1939, se registra el expolio de una imagen de San Esteban “de valor
artístico” (AHN-SCGC), leg. 1016, pieza 10, páginas 67-68).
[11] Isidoro de la Cierva, “El Reino de Murcia
(Murcia-Albacete) en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla” en “Boletín del
Museo de Bellas Artes de Murcia”, números 7-8, 1929, páginas 58-64.
[12] “El Reino de Murcia (Murcia-Albacete) en la
Exposición Ibero-Americana de Sevilla (Pabellón Mudéjar de Arte Antiguo”,
Murcia, 1929.
[13] En la web de la Fototeca de la Universidad
de Sevilla http://fototeca.us.es/index.jsp , la imagen del retablo está clasificada en la sección de Varios y catalogada
con el número 4-4787. En la siguiente dirección web, dependiente de la Universidad de Sevilla, puede verse la instantánea complementada con su ficha técnica: https://citius.us.es/fototeca/ficha.php?id=6e9267619f4 .
[14] “El Liberal de Murcia”, 1 de mayo de 1929.
La misma nota se repite en “La Verdad de
Murcia”, 8 de mayo de 1929.
[15] “El Diario de Albacete”, 4 de junio de
1929.
[16] Isidoro de la Cierva, “El Reino de Murcia
(Murcia-Albacete) en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla” en “Boletín del
Museo de Bellas Artes de Murcia”, números 7-8, 1930, páginas 58-64.
[17] “El Diario de Albacete”, 5 de julio de 1930
y “Defensor de Albacete”, 16 de julio de 1930.
[18] Así, por ejemplo, el restaurador Pérez
González indica en su Memoria de restauración lo siguiente: “Comentan lo más
viejos del lugar que la figura volvió de Sevilla sin uno de sus cariátides o estípites,
pero lo cierto es que esta columna ya
faltaba en el año 1929 como se aprecia en la fotografía que se conserva del
retablo todavía en la Ermita”.